domingo, 19 de noviembre de 2017

CLAUDIO AGRELO

El pasado martes 14/11, el amigo Agrelo ha cumplido 60 años. Lo homenajeamos con este comentario
Claudio Agrelo, en la audición "La Huella",
Radio Provincia LS11, 19/10/1992

 Nació en la Ciudad de Bs.  As. el 14/11/1957, en el seno de una tradicional familia criolla, vinculada a los albores de la Nación y a la música argentina, ya que es chozno de Pedro José Agrelo, vocal Constituyente en la Asamblea de 1853, y sobrino nieto del 1º concertista de música argentina, Juan Alais.
Se crió en el porteño barrio de Flores, al que gusta llamar “el Pueblo de San José de Flores”, como antaño se decía cuando se afincaron sus mayores. A todo esto, su padre tenía un tambo por Marcos Paz. Contó alguna vez: “Mi abuelo fue un hombre de campo -como toda la familia de mi padre-  y supo ser guitarrero y cantor”. Casualmente, cuando cumplía 7 años, fue su abuelo quien obsequió una guitarra.
Ya más grandecito su padre le regalará un caballo colorado, definiéndose entonces sus dos pasiones, la guitarra y el caballo.
Por su afición a éste, es que a los 20 años se conchaba en el Mercado Nacional de Hacienda,  en “Mataderos·” como popularmente se conoce el sitio, y forma entonces entre “los reseros”, como se denomina a los trabajadores de a caballo. Transcurrirán 3 años en los que silenciará la guitarra “artísticamente”, para enriquecerse en el aprendizaje del trabajo paisano, y escuchando las narraciones y el canto criollo de boca de sus curtidos compañeros.
Antes, cuando solo tenía 15 años, apadrinado y presentado por el cantor Carlos Ríos, debuta en el célebre programa “Un Alto en la Huella” de Miguel Franco. Corría 1972.
Reconoce en Carlos López Terra y Wenceslao Varela, el norte de su rumbo; sin dejar de reconocer que también se ha nutrido de Pedro Risso, Rafael Bueno, Secundino Cabezas, Vasco Giménez, entre otros poetas de trazo muy campero.
Si bien volcó al papel sus pensamientos líricos desde joven, se dio el tiempo suficiente para cimentar su oficio, interpretando temas de aquellos, y recién cuando sintió que podía pisar con toda la pata, comenzó a misturar los versos de su cosecha.
En el año 92, cuando la Municipalidad de Lomas de Zamora organizó el Certamen “Nicanor Kruzich”, que premiaba al ganador con la edición de un libro, presentó una carpeta y confió a los amigos: “Si llegará a ganar, voy a pedir que editen los versos de Kruzich y no los míos”. Finalmente obtuvo una “Mención”.
Destacamos que en 2005 y 2006 obtuvo el Premio “Santos Vega” como mejor cantor solista. 

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