jueves, 21 de septiembre de 2017

INICIOS DE LA GAUCHESCA

AM 1520 Radio Chascomús – Audición “CAMPO AFUERA”
Micros Nº 12 y 13 – 13 y 20/09/2017

Antes de salir “campo afuera” pa’ poder tender la vista mirando lejos, dende’l banco chueco en el que estoy sentao, vamos a ver si le arrimamos unas “astillas” al “Fogón de los Poetas”.

Creo que a este intento de remitirnos a evocar el origen del género que habitualmente llamamos “gauchesco o la gauchesca” le deberemos dedicar, al menos, dos emisiones o sea: dos miércoles. Y se hace obligación informar entonces, que la primera vez que a ciencia cierta se sabe aparece en un documento la palabra “gaucho”, ocurrió el 23/09/1771 (246 años atrás), en la Comandancia de Maldonado, en los territorios que ya se aprontaba para ser el Virreynato del Río de la Plata. Y subrayamos esto, porque para que exista una literatura que lo identifique, necesario era que existiese ese ser social que se llamó “gaucho”.
El conquistador nos había traído junto con la guitarra su cancionero, y en él la poesía “tradicional española”, elaborada sobre las formas de cuartetas, romances y décimas, siempre en la forma octosilábica o sea, de ocho sílabas. Ahora, es innegable que las generaciones que iban naciendo en estas tierras, “mozos de pata al suelo”, “hijos del país”, “mozos de la tierra” -sobre los que se erigirá el gaucho-, ya no solo cantan o repiten aquel cancionero, sino que van gestando el propio utilizando aquellas formas estróficas y diferenciándose del español, al cantar a sus propias vivencias, sus sucesos cotidianos, sus cuitas amorosas…, pintando sin darse cuenta su ámbito regional, gestando sin querer un nuevo género al expresarse en su habla rústica, donde perduran voces del español antiguo, algunas deformaciones de vocablos, y muchas voces nuevas necesarias para designar cosas que en la vieja España no existían, generando un modo expresivo que hizo que el sabio Francisco Javier Muñiz -uno de los primeros en prestar atención al lenguaje por acá hablado- lo definiera como un “…lenguaje figurativo en que pintan con exageración”.
Es importante decir y recordar que hasta acá, era todo un cancionero y una poesía oral, ya que entonces y por mucho tiempo más, el pueblo sería general y mayoritariamente iletrado, sin escuela.
Redondeando, el escritor e investigador Eleuterio Tiscornia, ha afirmado que la “poesía gauchesca”, es la que recibió de la “poesía tradicional española” las formas métricas y estróficas (dicho de otra manera: las cuartetas, décimas y romances, en versos de ocho silabas), guardó voces del español antiguo -arcaicas-, una parte del fondo popular de las ideas y emociones, y se apodera de la modalidad y los sentimientos de un tipo nuevo, “el gaucho”, desarrollándose fecundamente en las llanuras y la región de los grandes ríos, sin cuyo escenario no se explicaría bien la vida física y emotiva del personaje. Es el mismo Tiscornia quien dice que a este nuevo producto deberíamos llamar “tradicional gauchesco”, y no “tradicional o tradicionalista” como comúnmente decimos.
No se conservan composiciones de esa época, ya que eran solamente orales. Pero el religioso, teólogo y abogado Juan Baltazar Maciel, nacido en Santa Fe en 1727 y fallecido en Montevideo en 1788 (a los 61 años), dejó un  testimonio escrito donde ya se vislumbra algo… del lenguaje gauchesco. En 1777 escribió:
CANTA UN GUASO EN ESTILO
CAMPESTRE LOS TRIUNFOS DEL
EXCMO. SEÑOR DON PEDRO
DE CEVALLOS

Aquí me pongo á cantar
abajo de aquestas talas
del maior guaina del mundo
los triunfos y las gazañas,
del señor de Cabezón
que por fuerza es camarada
de los guapos Cabezones
que nada tienen de mandrias
hé de puja, el caballero,
y bien vaia toda su alma
que a los Portugueses jaques
a surrado la badana.

Como á ovejas los ha arriado
y repartido en las pampas
donde con guampas y lazos
sean de nuestra lechigada.
De balde eran mis germanos
sus cacareos y bravatas,
si al columbrear á Cevallos
no lo hubo así el come Bacas.
O más aina: como gentes,
Vuestro Don Pina Bandeira
salteador de la otra Banda,
que allá por sus andurriales
y siempre de disparada,
huyendo como avestruz
aun se deja atrás la gamma…
Ya de Santa Catalina
las batatas y baranjas
no le darán en el pico
aunque más griten chicharras,
su colonia raz con raz,
dis que queda con la plaza,
y en ella i cuando la otra
harán de azulejos casas?
Perdone Señor Cevallos
vi vena silvestre y guaza,
que las germanas de Apolo
no habitan en las campañas.

Voces de estas tierras: Talas - pampas - lazos - guampas - lazos - bravatas - gama - avestruz

Guaina: según Rojas, del quichua “huaina”, que significa “varón”

Mandrias: hombre flojo, cobarde

Jaques: perdonavida, valentones

Columbrear: divisar, avistar

Come Bacas: portugueses dedicados al contrabando de hacienda


Pina Bandeira: un jefe contrabandista

"La gauchesca", hará su explosión con los sucesos de las Invasiones Inglesas y las luchas de la Independencia. Por esta época aún continuaba siendo poesía oral, pero habrá de ocurrir un suceso que le afirmará la identidad y marcará -entre comillas- el origen.
Sucedió que en 1818, Bartolomé Hidalgo, un montevideano que formó con Artigas y también supo ser funcionario público, antes las dificultadas que pasaba su pueblo, cruzó el río buscando un mejor presente en Buenos Aires, pero como acá continuaban sus dificultades, se ganaba la vida vendiendo por las calles porteñas sus composiciones poéticas, las que al estar impresas, posibilitó que muchas de ellas se salvaran para la posteridad testimoniando el nacimiento del género.
Por esos años, en el cancionero popular -como en el de hoy predomina la milonga-, tallaban los cielitos, y alguno breve, de los que él compuso, decía: 
“Los chanchos que Vigodet 
ha encerrao en su chiquero
marchan al son de la gaita
echando al hombro un ‘fungeiro’.

Cielito de los gallegos,
¡ay!, cielito del Dios Baco,
que salgan al campo limpio
y verán lo que es tabaco.

Vigodet en su corral
se encerró con sus gallegos,
y temiendo que lo pialen
se anda haciendo el chancho rengo.

Cielo de los mancarrones,
¡ay!, cielo de los potrillos.
Ya brincarán cuando sientan
las espuelas y el lomillo.”  
Claro que Hidalgo no estaba solo, y a más de los poetas orales que siempre estaban, podemos agregar a Pedro Feliciano Sáenz de Cavia, Juan Gualberto Godoy, y José Prego de Oliver, entre otros.
En forma anecdótica y como cosa curiosa, podemos decir que si bien Godoy era mendocino, entre los años 1817 y 1830 realizó varios viajes a Buenos Aires, residiendo un tiempo por el Tuyú donde se da por hecho que tuvo pulpería, y que habría sido el payador que derrotó a José Santos Vega, señalando su ocaso.
Con el género gauchesco ya definido, aparecerán cultivando “la gauchesca”, Hilario Ascasubi -autor de ‘Los Mellizos de la Flor o Santos Vega’, quien también supo firmar con los seudónimos de ‘Paulino Lucero’ o ‘Aniceto el Gallo’-, y Estanislao del Campo, quien publicará ‘El Fausto Criollo’.
El broche de oro a la poesía gauchesca del S. 19 lo pondrá el más gaucho de todos los autores: José Hernández, el ‘tata’ del “Martín Fierro”.
En grandes trazos y a grandes rasgos, podemos afirmar que así ha sido el nacimiento de la poesía gauchesca, algo distinta a la que hoy cultivamos y que me animo a definir como “campera”

DIÁLOGO PATRIÓTICO INTERESANTE
ENTRE JACINTO CHANO
CAPATAZ DE UNA ESTANCIA EN LAS ISLAS
DEL TORDILLO, Y EL GAUCHO DE LA
GUARDIA DEL MONTE, RAMÓN CONTRERAS
           (fragmento)


CONTRERAS
¡Conque amigo!, ¿diaónde diablos
sale? Meta el redomón,
desensille, votoalante,
¡Ah pingo que da calor!

CHANO
De las Islas del Tordillo
salí en ese mancarrón:
¡Pero si es trabuco, cristo!
¿Cómo está, señó Ramón?

CONTRERAS
Lindamente a su servicio…
¿Y se vino de un tirón?

CHANO
Si, amigo; estaba de balde,
y le dije a Salvador:
andá, traeme el ‘azulejo’
apretámele el cinchón,
porque voy a platicar
con el paisano Ramón,
y ya también salí al tranco,
y cuando se puso el sol
cái al camino, y me vine;
cuando en esto se asustó
el animal, porque el poncho
las verijas le tocó…
¡Qué sosegarse este diablo!
a bellaquiar se agachó
y conmigo a unos zanjones
caliente se enderezó.
Viéndome medio atrasao,
puse el corazón en Dios
y en la viuda, y me tendí;
y tan lindo atropelló
este bruto, que las zanjas
como quiera las salvó,
¡Eh p…! el pingo ligero,
bien haiga quien lo parió!
 Por fin, después de este lance
del todo se sosegó,
y hoy lo sobé de mañana
antes de salir el sol,
de suerte que está el caballo
parejo que da temor.

CONTRERAS
¡Ah, Chano…! ¡pero si es liendre
en cualquiera bagualón…!
Mientras se calienta el agua
y echamos un cimarrón
¿qué novedades se corren?

CHANO
¿Novedades…?  ¿qué se yo?
Hay tantas que uno no acierta
a que lao caerá el dos,
aunque le esté viendo el lomo.
Todo el pago es sabedor
que yo siempre por la causa
anduve al frío y al calor.
Cuando la primera Patria,
al grito se presentó
Chano con todos sus hijos,
¡ah tiempo aquel, ya pasó!
Si jue en la Patria del medio,
lo mesmo me sucedió;
pero, amigo, en esta Patria…
Alcánceme un cimarrón…

CONTRERAS
No se corte, déle guasca,
siga la conversaición,
velay, mate: todos saben
que Chano, el viejo cantor,
aonde quiera que vaya
es un hombre de razón,
y que una sentencia suya
es como de Salomón.


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