miércoles, 9 de julio de 2014

JULIO SECUNDINO CABEZAS ¡Voy Al Hombre Nomás!

El 13 de diciembre de 1988 fallecía en General Rodríguez, Don Julio Secundino Cabezas, “Cunino” para los amigos.
Los datos sobre la fecha de su nacimiento son inciertos, más allá de saberse -según él decía- que nació en “el Chubut”, criándose en Esquel, su “patria chica”, referencia que el muy respetado hombre las sogas, Don Luis Alberto Flores, que lo entrevisto varias veces cuando residía en Villa Insuperable, partido de La Matanza, amplía en una nota aparecida en agosto de 1963 en la Revista “El Caballo”, cuando informa que “nació en Gobernador Costa, en el año 1909, hijo de padre porteño del Pago de la Magdalena y uno de los primeros pobladores del oeste del entonces territorio nacional de Chubut”. 
El cumplimiento del servicio militar lo trajo a Buenos Aires, de donde ya no regresaría; acá fue domador en el Regimiento 8 de Caballería, y con el mismo oficio después fue nombrado en el Mercado Nacional de Hacienda de Liniers, donde trabajó hasta su jubilación.
Sobre este último punto, el muy paisano Don José Yebré, quien lo trató bastante como que también se jubiló en dicho mercado, nos contaba hace ya años, que si bien tenía ese nombramiento, se desempeñaba en la sección “Marcas y Señales”, y agregaba que se había casado con una lugareña, Emilia Gobi, con quien tenía una hija.
Por 1931, aparentemente a poco de haber cumplido con el servicio militar, integró el conjunto de paisanos que participó de un “campeonato internacional de jineteada” llevado a cabo en Montevideo (R.O.U.), donde fueron primeros, y siempre según sus referencias compitió en jineteada y también en pruebas con el lazo, en 1940 con huasos chilenos y en 1950 con vaqueros de EE.UU.
En Montevideo, 1932
Pero a más del oficio de domador y jinete tenía Cabezas otras dos condiciones que lo destacaban: artesano del cuero y poeta.
Como artesano se lo mentaba por la confección de botas de potro bien sobadas y blanqueadas, y como poeta cobraba fama imponiendo el “floreo” para animar jineteadas, décima dedicada al jinete y al reservado, que aplicaba preciso en el momento de la prueba, y coronaba por lo general con  un “¡Voy al hombre, nomás...!, frase que ganó popularidad en el ambiente de las gaucherías pasando al uso del común hasta el presente.
En nuestros rastreos papeleros, hemos encontrado en 1945, una de sus poesías incluida en la Revista “La Carreta”, publicación de la emblemática agrupación criolla de Avellaneda “Leales y Pampeanos”, décimas que titula “Gaucho Parejo” y que curiosamente nada tiene que ver con el “Gaucho Parejo” que incluye en su primer libro, que casualmente lleva ese título.
Al respecto, si bien éste indica en su portada el año 1958, apareció en realidad en enero de 1959, publicado por Editorial “Caymi” de Capital Federal, editorial que tuvo en sus catálogos numerosos títulos de poesía gauchesca.
De este libro se conoce una segunda edición de 1967 publicada por Editorial “Lumintón”, en la que aparece en tapa junto a un paisano joven, y al pie de la foto la leyenda “El autor enseñando a Víctor Cabezas”.
El ya citado Flores me hizo conocer esta edición, y junto a ello me preguntó: "-¿Sería un hijo suyo?". Siempre es posible que un lector informado nos desasne.
A este libro primogénito siguieron otros opúsculos como: “Voy al Hombre”, “Jinetes y Reservados” (1974), “Con Baguales y Milongas”, “Herencia de Tata”, “Abarajando Chispas” y “Floreos”.
Sus letras sencillas, nada pretenciosas pero gauchonas, fueron llevadas al registro grabado por intérpretes como suma Paz, Héctor Del Valle, Manuel Rosa, Roberto Garayalde y Carlos Martínez Luna, entre otros.
Don Julio junto a su esposa y ¿el hijo?
 Queda para el recuerdo su participación en el programa “Fortín Fiesta” de principio de los años 60 por el viejo Canal 7, y su presencia habitual en la  recordada audición “Un Alto en la Huella” de Miguelito Franco.
Si la memoria no me engaña, a los diez años de su fallecimiento se le tributó un homenaje en Gral. Rodríguez donde se inauguró un monumento en su honor, en cuyo pedestal se grabó una décima creación del poeta Agustín A. López y no de quien allí figura como autor.
(Poner las cosas en su lugar es también cosa de gauchos)
Hace 20 años que Don Julio Secundino Cabezas falta de los campos de jineteada y de los palcos de animación, pero vive en el recuerdo.

Una Anécdota

El domingo 23 de marzo de 1958 -tenía entonces 6 años-, en casa de mis mayores (“Los Ombúes” de Espinel), se realizaba una jineteada organizada por la Cooperadora de la Escuela Nº 14 “Manuel Belgrano”, sita ésta en Ruta 11 próxima a la “T” que forma con la Ruta 54, zona de Bavio, partido de Magdalena.
“Aquel día, vestido yo de bombacha, corralera y pañuelo colorado al cuello, en un momento que caminaba de la tranquera del potrero de la jineteada hacia la casa, fui detenido por un paisano (al que los recuerdos me lo traen de camisa celeste, bombacha clara, sombrero gris y pañuelo colorado), el que me paró sobre un tronco que tendría un metro de alto, y desatándome el pañuelo hizo en él, el nudo espuela.
Aquel hombre era Julio Secundino Cabezas... quien sin querer... supo prenderle al nudo de mi pañuelo, la magia de un recuerdo que creció conmigo.”
Había llegado a la fiesta como un paisano más, y tan solo pidió permiso para rifar un par de botas.
(Del libro inédito “De Los Poetas Que Conocí”)
La Plata, 14 de Noviembre de 2008
(Publicado en revista "De Mis Pagos" Nº 37)

lunes, 7 de julio de 2014

JOSÉ FÉLIX BOGADO ¡Coronel de Granaderos a Caballo!

El año pasado se cumplieron 200 años de la creación del cuerpo de Granaderos, y este año, 187 de su disolución.
Si bien no hay certezas respecto del nacimiento del soldado, hay indicios que señalan que habría nacido en 1777, muy probablemente en la población de Yatayty, cerca de Villa Rica del Espíritu Santo, capital del Guayra, en la por entonces Provincia del Paraguay.

Previo al bautismo de fuego de los Granaderos en el Combate de San Lorenzo, Bogado -que como su padre era lanchero, y de allí la derivación del apellido, por aquello de que “bogaban” (remaban) en el río-, había sido tomado prisionero por los españoles junto a dos compañeros de una chalana, para evitar pudieran informar los movimientos que habían visto en el río. Tras la lucha, al producirse un intercambio de heridos y prisioneros, es rescatado, y el Capitán San Martín le ofrece incorporarse al Regimiento como “trompa de órdenes”, situación que efectivamente acontece el 5/02/1813. Puede decirse que era ya hombre hecho: tenía unos 35 años.
Trasladados dos escuadrones del cuerpo a incorporarse al Ejército del Norte para las Campañas al Alto Perú, marcha con ellos nuestro hombre. Allí con suerte dispar participa en Vilcapujio, Ayohuma, Tejas, Puesto del Marqués, Posta de Venta y Media y Sipe-Sipe, o sea: está en todas!
Acotemos que Venta y Media es el entrevero en el que el  bravo cordobés José María Paz, pierde la mano, motivo por el que será conocido como “El Manco” Paz; y digamos que tras los desgraciados sucesos de Sipe-Sipe, los granaderos “hicieron prodigio de valor y salvaron los restos del ejército cubriéndole en su retirada”.
Con San Martín ya en Mendoza, vuelve el cuerpo para incorporarse al Ejército de los Andes; corre 1816, y Bogado ya ha ascendido a Alférez.
El 12/02/1817, es herido en Chacabuco, pero por su valeroso comportamiento, recibe el grado de Tnte. 1º del 4º Escuadrón de Granaderos.
En septiembre de ese año al frente de 20 granaderos, tras el Combate del Manzano, carga sobre el enemigo que se repliega hacia Gualpen en la intrincada montaña, el que pierde allí todo su armamento y 50 hombres. El Gral. O’Higgins, en su parte, lo destaca junto al Cnel. Freyre y el Cmdte. Escalada.
Integra las tropas expedicionarias que accionan sobre las fuerzas españolas que dominaban Perú, ingresando en Lima con el ejército vencedor el 9/7/1821, recibiendo la medalla concedida a los oficiales, con el lema: “Yo fui del Ejército Libertador”.
La azarosa vida militar en Perú ha de culminar el 9/12/1824 cuando al frente de 80 granaderos interviene en la decisiva jornada bélica de Chacabuco, sellando el destino independiente de Hispanoamérica. Se lo premiará con Medalla de Oro y la designación de “Benemérito en Grado Eminente”, y es el propio Bolivar quien lo asciende a Coronel, prácticamente en el campo de batalla, extendiéndosele los despachos oficiales seis meses después, el 9/06/1825.
Batalla de Ayacucho 9/12/1824

Le cabe ahora el alto honor de regresar “los resto” de los glorioso Granaderos al Buenos Aires que los viera nacer en 1812, y será, según el capitán e historiador Jacinto Yaben, el 13/02/1826 el día del arribo, siendo unos meses después disuelto el glorioso cuerpo, por orden de Rivadavia.
Y al ser destinado en “comisión”, como Jefe del 4º Regimiento de Caballería de Milicias,  se despide de sus compañeros de ardorosas gestas, con sentidas palabras, como las de este párrafo: “…vuestro coronel os dirige el más tierno y afectuoso adiós. Esta es la vez primera que con el sentimiento más profundo, tengo que despedirme de un regimiento en que siendo uno de los simples soldados pundonorosos llegué a obtener el mando honroso de coronel,…”.
Su último destino será ser Comandante Militar de San Nicolás, desde principios de 1829 y hasta noviembre, residiendo en la casa de calle Francia 223 (nominación actual) de dicha localidad, que aún se mantiene en pie y que reviste carácter de Monumento Histórico Nacional.
A aquel lanchero, prisionero en San Lorenzo al despuntar 1813, le cupo el alto honor de ocupar el lugar del Capitán San Martín, para retornar el terruño a los ya célebres Granaderos. Solo 7 hombres de la hora fundadora lo acompañaban.
José Félix Bogado, falleció en San Nicolás de los Arroyos, soltero y “de edad como de 52 años…” según la partida de defunción, el 20/11/1829.

Cierra el doctor Milanta su Oda “Al Coronel Bogado”, diciendo:
(…)
al pie de tu estatura de aire y cielo,
tierra, mármol, efigie, corazón y puño,
en cabal signatura de hombre, sólo hombre,
¡que más para la historia de inmortales coroneles,
como el que más y como todas las coronas con laureles!

Nuestro respeto y reconocimiento a un héroe olvidado. Otro de esos verdaderos patriotas que poco se recuerdan.

La Plata, 15 de Julio de 2013

Bibliografía Consultada

De la Torre, José – El Paraguayo Bogado, un granadero de San Martín (Diario La Capital,
                                24/07/1955)
Migliarini, Miguel Ángel – José Félix Bogado ejemplo de la historia sudamericana (1998)
Milanta, Atilio – Rapsodias nicoleñas (1992), y “Odas” (2012)

Yaben, Jacinto R. – Biografías Argentinas y Sudamericanas -Tomo II- (1953)

(Publicado en revista El Federal, sección "El Tradicional", Nº 453)