“El Último Perro” se titula una novela aparecida en septiembre de 1947 publicada por
Emecé Editores S.A., que en el término de cuatro años produjo siete ediciones,
y que recibió el Primer Premio Nacional de Literatura correspondiente al
trienio 1945/47. A seis años de su aparición se decía sobre el particular: “El
Último Perro constituye el máximo
acontecimiento registrado en las letras argentinas durante los últimos tiempos,
con sus ediciones sucesivas y el éxito de público sin precedente alcanzado, que
le otorgan proporciones indiscutidas de indisputado best-seller”. Sí,
leyeron bien, aunque la palabra no suene nuestra, hace ya sesenta años se la
tildaba con un extranjerismo que remite a las más vendida, la más leída, la
mejor. Curioso, no? para una obra criolla.
Y por si esto fuera poco, su
atrapante texto sirvió para que se transformara en película, siendo un éxito
del cine argentino, en tiempos que nuestra cinematografía tenía un esplendor
ponderado en esta parte de América. Le correspondió a Hugo del Carril encarnar
al mayoral de diligencia -personaje central de la novela-, en el film que
dirigió Lucas Demare.
Pero… y su autor? ¿Qué sabemos de
él? En realidad, poco, muy poco…
Su nombre: Guillermo House, así el que aparecía en las publicaciones, pero…
era un seudónimo que camuflaba al verdadero Agustín Guillermo Casá, quien había nacido en Buenos Aires el
9/02/1884, en el hogar de Adela Nicholson y Agustín Casá.
Sabemos también que su profesión era
la de militar, habiendo ostentado el grado de Teniente Coronel.
Casado con María Mercedes Mulleady,
se prolongó en tres hijos: Teresa, Agustín y Guillermo, teniendo establecida su
residencia sobre Avda. Santa Fe en la ciudad Capital.
Sus otros hijos, los literarios,
fueron muchos, algunos son: “Del Llano y la Montaña ” -cuadros, semblanzas y consejos de
tierra adentro- (1922); “Alma Nativa” -ensayos, cuadros y evocaciones- (1923);
“Cuentos Argentinos” (1935); “El Ocaso de los Gauchos” (1938); “El Paisaje en la Sangre ” -una edad novelada-
(1938); “La Tierra
de Todos” -novela- (1944); “El Último Perro” -novela- (1947); “La Sombra Aquella ” -pequeña
novela- (1949); “El Fortín de los Hombres sin Miedo” -cuentos- (1954); “Anselmo
Coronel” -novela- (1955).
Hasta aquí diez obras; pero… Carlos
Paz en su elogiable “Efemérides…”, le adjudica otros títulos, de los que
desconocemos el contenido y la fecha de edición: “Romance de la lluvia mansa” y
“Clotilde Gamarra”.
Su laureado “El Último Perro” está
situado en tiempo de los malones, de campo abierto, de postas y galeras; de
tiempos en que había que tener bien puesto el coraje para adentrarse en esa
pampa que no nos pertenecía.
Si nos guiamos por el bosquejo
editorial, el libro “describe la vida
áspera, fatigosa, llena de peligros, de un núcleo reducido de hombres y
mujeres, reunidos por la fatalidad en un lugar desolado, en la mitad de , la Posta
de Lobatón. La diligencia es otro de los protagonistas de esta historia. Su
llegada y su partida son como movimientos del secreto corazón de la Posta , cuya vida se renueva
con su presencia. Pinta con hondura, y en su obra se trasluce el misterio la
trascendente monotonía de la pampa, pocas veces tan penetrantemente captados
por un libro”.
Por nuestra parte decimos que en
todos sus libros House demuestra una
pluma realista, veraz en sus relatos y descripciones, mostrándose como un
hombre muy conocedor de la vida paisana y los sucesos históricos, porque si lo
que cuenta es pura creación literaria, bien que como él dice puede ser la
narración de un hecho histórico. La lectura de sus textos atrapa y mágicamente
traslada al lector al tiempo y el lugar del suceso.
De lo que tenemos visto su último
libro puede haber sido “Anselmo Coronel”, novela gaucha ambientada en
circunstancias parecidas a las de “El Último Perro”.
A nuestro entender tiene una
dedicatoria que juzgamos magistral; dice “Envío
En El Tiempo: A los “guasos” de caballería, siempre en la vanguardia. A los
infantes, firmes, con las chuecas como loro… A los gauchos de mi tierra campa.
A todos aquellos que hicieron la
Patria , conquistando el desierto”.
Cierto que “con el diario del lunes”
todos somos sabios, pero creo ver en lo transcripto, como una despedida, como
una reverencia a los antecesores en la vida de armas, como un homenaje a los
admirados gauchos que retrató en su pluma.
Fue un escritor “enamorado de las
cosas nobles de su tierra a la que, desde la niñez , aprendió a querer
entrañablemente”.
La lectura de su “Anselmo Coronel”,
apasionante y atropellada, nos hizo pensar que estábamos viendo una película;
así de patente su relato.
Llegará un día (llegará?), en que
los editores (privados u oficiales), comiencen a reeditar éstas y tantas obras
de otros autores que -a veces- solo conocemos los que estamos en esta materia,
como una forma de revivir grandes autores sin tener que buscar buenas plumas
allende los mares o cruzando fronteras; será también una forma de reafirmar
nuestra identidad.
Pronto se cumplirán 50 años, de aquel
21/09/1962, en que a los 78 años, Don Guillermo
House o Don Agustín Guillermo Casá, inició el viaje hacia el silencio.
Aventuramos que quizás su profesión
militar fue un tanto incompatible con su actividad literaria, y de allí la
falta de información, de notas, de artículos que de él hablen.
Sea esta evocación nuestro
agradecimiento y modesto homenaje a, “ese
escritor que pocos conocen”.
(Publicado en Revista "De Mis Pagos" - digital - Nº 44)